Elaboración:
ha sido elaborado a partir de nobles soleras de Oloroso y Pedro Ximémez de más 8 años, junto con una cuidada selección y combinación de botánicos tales como ajenjo, ajedrea, clavo, piel de naranja, canela, nuez moscada, angélica y quina.
Consumo:
El aperitivo perfecto para revivir la clásica "hora del vermouth". Disfrútelo frío, por si solo o combinado con soda y hielo picado
Más sobre el elaborador:
Todo empezó con Manuel María González Ángel, un joven emprendedor de solo 23 años que en 1835 decide probar fortuna en el pujante negocio de los vinos.
Esa aventura no solo resultaría ser la mejor idea de su vida, también marcaría el inicio de uno de los legados empresariales más importantes de España.
Al adentrarse en un negocio por entonces desconocido para él, busca consejo en la figura de José María Ángel y Vargas o, como él le llama cariñosamente, "Mi Tío Pepe". Es él quien le enseña todos los secretos del arte vinícola jerezano. En agradecimiento, su sobrino le cede una parte de la bodega y referencia las botas de la Solera Fundacional con el nombre “Solera del Tío Pepe”.
La visión se hace realidad. El amor al vino de Jerez se extiende por todo el mundo. Del éxito de las exportaciones nace la sociedad con Robert Blake Byass, comerciante de vinos inglés y agente comercial de Manuel Marías en Gran Bretaña, quien en 1844 le pide en una carta algunas botas de ese “...vino tan sumamente pálido que tanto me recomiendas”
Esas primeras botas de Tío Pepe tienen una gran acogida en Reino Unido, con un crecimiento exponencial que poco a poco se va extendiendo a otros países de Europa y el continente Americano.
Pionero desde sus orígenes, Manuel María González Ángel sigue cultivando su carácter emprendedor y es así como, en 1886, Tío Pepe se convierte en una de las primeras marcas registradas de España y su bodega en la primera en contar con luz eléctrica, dos años antes incluso de que la adoptara la ciudad de Jerez.
https://www.tiopepe.com/es-es